Experimentos

Diario de cocina

Domingo 18 de abril de 2010

He redescubierto el placer de la cocina. Me ha gustado desde siempre, pero ha habido épocas en las que decidía hacer algo pero cuando llegaba a la cocina me daba pereza empezar los preparativos. Ahora por fin no solo no me da pereza sino que tengo muchas ganas. De hacer cosas nuevas sobre todo.

Todo empezó con los flanes de turrón. Antes hacía helados, pero el de turrón de Jijona no me acababa de quedar como yo quería. Y me entró la pereza. Un buen día recordé haber comido en un restaurante de Cádiz un flan de turrón buenísimo y haberle preguntado al camarero la receta. Era tan fácil que no la olvidé. Simplemente, flan base más turrón. Pero cuando decidí hacerlo no sabía cuanta cantidad de turrón había que poner, así que busqué en Internet, y encontré, en la página de Vanesa la receta del flan con turrón. Pero no me satisfizo, porque su flan solo llevaba media tableta de turrón, por lo que quedaría según ella con un ligero gusto a turrón. No, yo quería que supiera a turrón del todo, así que probé a ponerle la tableta entera. El resultado, el que yo quería, y a los míos les encantó. Luego probé con el turrón de crema catalana, y si el primero estaba bueno, este los superaba con creces. Cuando lleguen las navidades pienso comprar cantidades ingentes de turrón y probar nuevos flanes (yema tostada, nata nueces… las posibilidades son casi infinitas).

Más tarde se me ocurrió que quizá se pudiera hacer con el turrón también bizcocho, así que vuelta a buscar. En la página de Directo al Paladar (gran página) encontré la receta del bizcocho cremoso de turrón, que también gustó mucho cuando lo hice. Y ahí fue donde empecé a hacer bizcochos. No me gusta el bizcocho normal, con ese sabor, que sí, que está bueno, pero que me parece muy simple, y además siempre suele salir seco. No me gusta nada, nada, la comida, sea la que sea, seca. Pasadas las Navidades pensaba que ya no quedaba turrón y quería hacer bizcocho, el único que recordaba era uno de canela y pasas que hacía en la cocinera Breadman, pero la máquina se me había roto así que a buscar de nuevo. Cuando puse bizcocho de canela en el Google me salieron varias entradas, entre ellas esta: Bizcocho de canela y manzana caramelizada y fue verla y pensar: Lo quiero. Así que me puse manos a la obra.

La primera vez que lo hice estaba bueno, pero seco, y por lo tanto no quedé conforme, así que indagué, entre otras cosas le pregunté a la creadora de la página, y por fin le cogí el truco y me salió como yo quería. Por un lado le bajé la temperatura al horno, de 180º a 170º (hay que probar con la temperatura porque cada horno es diferente) y por otro, no sé si habrá ayudado o no, el caso es que cada vez que uso margarina en lugar de mantequilla me sale más jugoso, aunque la mantequilla o la margarina solo se usa para caramelizar la manzana. Las dos o tres últimas veces estaba a mi gusto.

Después de eso se me antojó hacer muffins. Los primeros fueron con pepitas de chocolate. Por equivocación les puse 200 gr. de azúcar en lugar de 100 gr., pero no estaban demasiado dulzones. Supongo que la cantidad de azúcar depende también del gusto de cada uno. Parte de ellos los hice en moldes de silicona y el resto en cápsulas de papel porque solo pude comprar un molde con seis cavidades. Lo que yo no sabía era que las cápsulas hay que ponerlas en moldes rígidos porque si no se abren y los muffins o magdalenas no suben bien. Desde luego, los muffins de las cápsulas no subieron, y si el chocolate de los otros no estaba derretido del todo, este menos. Otra decepción a añadir al hecho de que no estaban todo lo jugosos y tiernos que yo quería.

El jueves quería volver a hacer muffins así que me puse a buscar a los ingredientes que necesitaba y más moldes. Ni hablar de volver a hacer muffins en cápsulas de papel, a menos que no realmente tenga más remedio. Ya a jueves, no pude hacer los que quería, porque me faltaban ingredientes, concretamente, extracto de vainilla y sirope de agave, los más difíciles de conseguir. Creo que se compran en herboristerías, por lo menos el extracto, pero no lo sé. Mañana lunes me daré una vuelta por la que me encuentro de camino al trabajo y visitaré alguna gran superficie, a ver si hay suerte. De todas maneras hay alternativas para por lo menos para el sirope de agave, pero no para el extracto de vainilla, así que habrá que investigar. El caso es que como quería hacer muffins y me faltaban cosas, pues usé lo que sí tenía y creé una receta nueva. Muffins de canela y nuez.

Ingredientes:

4 huevos

150 gr. de azúcar

100 gr. de aceite de girasol

300 gr. de harina

Canela al gusto

40-50 gr. de nueces

Medio sobre de levadura

Batir los huevos con el azúcar e ir añadiendo los ingredientes líquidos y por último la harina y la levadura

¿Salieron bien? Sí pero no.

Probé uno recién hecho y me decepcionó su sabor. Demasiado dulce y demasiado poco sabor a canela. Pero por otro lado, estaba ligeramente crujiente por fuera y muy tierno por dentro. En la receta ponía 200 ml. de nata, pero como no tenía no se los eché. Quise ponerle dos cucharaditas de canela, pero me quedaba poco más de una. La próxima vez que los haga pondré la nata y más canela, a ver como salen. Le había puesto 200 gr. de azúcar, así que decidí hacerlos la próxima vez con 150. Y habrá próxima vez. Vaya que sí habrá.

Medio contenta con el resultado, los “presenté en sociedad” el viernes por la noche. Esa noche no los comimos porque no había mucha hambre, y yo me acosté tan tranquila pensando que ya por la mañana los disfrutaría. Inocente de mí.

Por la mañana me dice mi novio, que fue el primero en desayunar, que estaban secos. ¡¿Cómo?! Pregunté alarmada, ¡si me habían quedado bien!

Probé uno y en efecto, estaba seco, más que seco como apelmazado. Hoy mi suegra me ha dicho que parece como si no estuvieran del todo hechos. ¿? No entiendo nada, si el jueves estaba tan tierno, ¿cómo es que el sábado ya no estaba bien? Yo lo achaco a que los dejé en un tupper fuera del frigorífico. No recuerdo si cuando lo cerré estaban todavía calientes o ya fríos. Creo que habría que guardarlos en el frigorífico, por lo menos ahora que empieza a hacer calor. Sea lo que sea, la próxima vez me saldrán mejor. Al igual que con el bizcocho, no pienso parar hasta que me salgan como es debido. Aunque por otro lado, curiosamente, el sabor había mejorado, ahora no estaban tan dulzones y sabían más a canela. ¿Cómo puede ser posible? Ni idea. También los puse a 170º y los dejé media hora más o menos. ¿Debería dejarlos más en el horno? Me da miedo hacerlo, porque una vez dejé el bizcocho de canela y manzana siete minutos más y salió seco.

Lo único que se me ocurre es que en la cocina hay que probar mucho, hacer muchas veces la misma receta para que salga bien, con todo y con eso a veces, aún habiéndola hecho muchas veces, sale mal.

Otro experimento que he hecho son rosquillas de fresa. Se me ocurrió la idea el jueves ya por la noche y el viernes al medio día cuando acabé de hacer mis ejercicios de aerobic diarios me puse manos a la obra.

Cogí la receta de las rosquillas de leche como base, porque las de anís no me gustan. Bueno sí, pero es un sabor al que ya estoy demasiado acostumbrada para que me apetezca hacerlo. Sobre todo habiendo tantas posibilidades de hacerlas diferentes.

A lo que voy, no salieron como yo quería. La masa estaba demasiado pegajosa, así que tuve que añadirle más harina a ojo. Cuando las freí no parecía que hubieran subido, ni la primera de prueba ni las siguientes aun habiendo añadido más levadura. Seguramente será por la temperatura del aceite, que si la modifico la próxima vez saldrán mejor. Ya he visto y guardado un vídeo de cómo hacer rosquillas que me ha aclarado algunas dudas. Pero lo peor no fue eso. Lo peor fue que casi no sabían a fresa. Sólo licué unas tres o cuatro fresas (tengo muy mala memoria, sí), porque no sabía si añadiendo más licuado la masa quedaría insuficientemente compacta. Sabiendo ya que se puede añadir más harina, la próxima vez añadiré más fresas. También quité el anís, porque creo que no quedaría bien en contraste con la fresa. Estoy dudando entre extracto de vainilla (o vainillina) y una o dos cucharitas de canela. Creo que vainilla.

La semana que viene tengo varios días libres así que aprovecharé todo lo que pueda para seguir experimentando y mejorando recetas, para disfrutar de las cosas que salen bien y de la satisfacción de haber creado algo nuevo.

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